Por: Pablo Navas Sanz de Santamaría - Rector de la Universidad de los Andes

Uno de los máximos desafíos que ha enfrentado la humanidad a lo largo de su historia es la vida en comunidad. El tipo de relaciones establecidas se ganan o se conquistan entre los miembros de un grupo y, a su vez, estos grupos plantean cuestionamientos permanentes sobre el comportamiento humano y sobre la relaciones de este con su entorno.

Traída esta reflexión a la Universidad de los Andes, una comunidad académica, es importante señalar que los esfuerzos institucionales por establecer unas normas de vida en comunidad –políticas, reglamentos, directrices- se articulan alrededor de los principios de excelencia, tolerancia y compromiso social, como se puede ver en los principios fundacionales y en la misión de la Universidad. Esto es así porque el objetivo principal de la Universidad es formar buenos ciudadanos que sirvan al país.

Conscientes de que para ello no bastan los reglamentos, actualmente queremos fortalecer aquellos valores que trascienden lo normativo y se acercan más a lo ético: la solidaridad, el respeto por el otro y, la solución inteligente de los conflictos. Por eso utilizo como título de este artículo el lema acuñado por el Consejo Estudiantil “Uniandes es Comunidad”. Ejemplos hay muchos: la masiva participación de estudiantes, profesores y funcionarios en actividades como el Fopre, que busca apoyar a estudiantes en necesidades cotidianas de su vida estudiantil. Iniciativas estudiantiles y de egresados a favor de comunidades desfavorecidas. Actividades institucionales de bienestar para toda la comunidad, los programas de apoyo educativo para empleados y para sus hijos. Una breve lista que con facilidad puede crecer si cada uno piensa en su propia relación con la Universidad y en las actividades que esta propicia.

Esto no significa que vivamos en ausencia de conflictos. Ocurren y queremos que, más allá de las instancias establecidas para su trámite, exista la posibilidad de solucionarlos de manera alternativa. Para ello creamos un cargo pionero en las universidades de América Latina: el ombudsperson, cuya principal meta es contribuir a que todos los miembros de la comunidad uniandina puedan solucionar sus dificultades en la institución.

Mirado este tema de las relaciones en otra escala, ya no interna, sino de la Universidad con su entorno, el eje es el mismo. La excelencia y el conocimiento puestos al servicio del entorno, con el parámetro indispensable de la calidad. Este es el pilar de Uniandes: la calidad de sus profesores y estudiantes. En el entorno inmediato su labor de docencia e investigación se concreta hoy en Progresa Fenicia: un proyecto con el cual la Universidad busca contribuir al desarrollo humano en los alrededores del campus. Incluye capacitación, como la que ya están recibiendo algunos emprendedores del barrio, trabajo en el campus para algunos vendedores informales ubicados en las calles vecinas, asesorías y talleres para niños y adultos, y, a más largo plazo, un proyecto de renovación urbana, para el cual ya se tiene la viabilidad otorgada por las autoridades distritales. Este ha sido un esfuerzo de muchas mentes que, desde diversas disciplinas, han trabajado con la comunidad para beneficio de todos.

La creación de centros de estudio focalizados en un tema pero abordados de manera interdisciplinar es otro ejemplo de cómo entiende Uniandes la relación con su entorno, en este caso, Colombia. El Centro de Estudios sobre Seguridad y Drogas, el Centro de Estudios de la Orinoquía, el Centro de Innovación en Tecnología y Educación, son algunos de ellos. Sus productos son puestos al servicio del país para contribuir a la solución de problemas, que van desde el narcotráfico hasta el uso de nuevas tecnologías en educación.

El otro ejemplo que quisiera mencionar muestra además el compromiso de la Universidad con el futuro. Se trata de Quiero Estudiar, nuestro programa de becas. Ahora, además de apoyar a los jóvenes talentosos, quiere propiciar en ellos -más allá de un marco normativo- valores como la solidaridad y la reciprocidad. Este semestre, iniciaron sus carreras en Uniandes jóvenes que asumieron el compromiso de, una vez terminados sus estudios, apoyar a otros que, como ellos, necesiten un respaldo para desarrollar su talento.

Ningún camino es fácil. Como miembros de esta Universidad lo sabemos. Si entre todos reconocemos el valor y el privilegio que significa ser miembro de la comunidad uniandina, será sencillo contribuir a su fortalecimiento para beneficio de otros.