Una Aproximación a los Espacios y Simbologías “Uniandinas”

Por: Luis Felipe Moreno - Estudiante de Antropología

 La universidad de los Andes, como universidad moderna liberal, representa un tipo de institución educativa. Ideológicamente está atravesada por discursos modernizadores como el cientificismo, racionalismo, desarrollismo, positivismo, internacionalismo y universalismo. Por consiguiente, su enfoque, sus acreditaciones internacionales, sus tecnologías, su burocracia administrativa, su seguridad y su formas arquitectónicas construyen un espacio que afecta y moldea a las distintas comunidades que la componen (distintos tipos de trabajadores, de estudiantes y de personas externas). Entonces, la cotidianidad que se produce por la interacción entre las personas, esas espacialidades pre-dispuestas, diferenciadas (y clasificadas), funcionales y observadas, y las distintas subjetividades, generan una relación de centro-periferia tanto interna como externa de la universidad.

 Esta institución de educación profesional es uno de los centros de conocimiento más importantes de Colombia pero es reconocida por constituir un universo hermético y delimitado. La universidad con sus torniquetes, cámaras, guardias y perros, ¿De qué se aísla? Su explícita división entre lo público y lo privado genera otredades que se construyen por su cercanía física o por el ingreso a sus instalaciones. Así, las personas de alrededor son afectadas por medio de la circulación, del tránsito, los proyectos y consumo de las personas que pertenecen a la universidad (quienes poseen el carnet que permite el ingreso). Estas personas pueden ser vendedores ambulantes, trabajadores de distintos lugares (fotocopiadoras, restaurantes, cafés, ferias artesanales, parqueaderos, bares, etc.), indigentes, extranjeros y/o residentes. Entonces, la configuración de esta diversidad construye un paisaje que contrasta a la universidad (con sus grandes edificios, estudiantes y trabajadores) con un circuito de comercio a su alrededor (de trabajos formales e informales) y lugares de residencia (apartamentos y casas).Además, la parte oriental de este paisaje está constituido por montañas cubiertas de árboles y en lo alto, Monserrate. Hacia el otro extremo, la ciudad y su gran extensión.

La relación de centro y periferia, marcada por lo que es interno y  externo, o quienes pueden acceder a lo privado o permanecer en lo público, es un poco difusa. Lo interno es determinado por quienes tienen un carnet para entrar a la universidad y pueden disfrutar de las clases, trabajar, acceder a sus servicios, pertenecer a grupos de investigación  y/o ser parte del personal administrativo. Estas personas representan el centro y la periferia son quienes no entran o quienes para entrar tienen que identificarse y registrarse en la entrada de la universidad. Lo difuso está en dos hechos. El primer hecho, es que hay personas que son externas y tienen el carnet por algún tipo de vínculo laboral o de prestación de servicio. Provienen principalmente de restaurantes, fotocopiadoras y tiendas de alrededor de la universidad. Este grupo de personas, son una especie de semi-periferia, siendo afectadas por las dinámicas de la universidad pero no son parte plena de la comunidad “Uniandina”.

El segundo hecho, es que la relación centro-periferia no se puede definir exclusivamente por tener o no tener el carnet, también hay una determinación de lo que es centro-periferia a partir de valoración simbólica. Dentro de la universidad, no es lo mismo ser parte del departamento de Arte, de Antropología, de Administración o de Economía. La hegemonía se construye a partir de la articulación y valoración de conocimientos y discursos a una escala local, nacional y global. Aquí entran en juego los discursos de modernidad, liberalismo, ciencia, eficiencia, productividad y cuantificación. Esto genera diferencias y prioridades, es decir, conocimientos más expandidos, reconocidos y valorados. Se puede ver tanto de forma cualitativa como cuantitativa (gran cantidad de estudiantes y profesores en carreras como economía, ingeniería industrial y administración de empresas) y que producen prioridades económicas, desconexión entre departamentos, aislamiento e incluso estéticas diferenciadas. Por todo esto, el centro y periferia de la Universidad de los Andes es determinada de manera simbólica y física.

Además de la lógica moderna de la universidad, ésta se considera políticamente neutral. Es una neutralidad ficticia, puesto que como ya se ha mencionado, el esquema discursivo y físico tiene su propio enfoque (ordena y construye otredades a través de relaciones de poder).  Además, egresados de esta institución son ministros, senadores, empresarios, académicos, abogados, ingenieros, científicos, etc. Personas con posiciones claras de poder y que fueron afectados por las dinámicas de la institución. Por esto, los estudiantes, a través de su agencia, deberían experimentar sus propias formas de apropiación y re-definición de los espacios de forma más continua y expansiva. Actualmente hay grupos estudiantiles como: cirqueros, músicos, animalistas, religiosos, cinéfilos, ambientalistas, activistas y semilleros de investigación que son invisibles y que podrían tener mayor relevancia, visibilidad y apoyo.

Finalmente, este texto busca entender la cantidad de rasgos diferenciadores en la universidad y del paisaje en que se enmarca. Estos rasgos generan centros-periferias internos y externos, físicos y simbólicos. A pesar de esto, la perspectiva de la institución debería ser afectada por las distintas demandas estudiantiles alrededor de temas como: visibilidad y mayor apoyo a los distintos grupos mencionados, romper la cotidianidad y los espacios generando nuevas definiciones y usos, acercar a las comunidades que están alrededor, cuestionar la identidad cliente-código-estudiante, generar más participación estudiantil en la toma de decisiones globales y de enfoque, y propiciar el contacto con otredades como parte del proceso educativo.