¿Un país de reinas y  reinados?

En Colombia los Reinados de Belleza se han convertido en instrumentos de poder profundamente significativos. Por eso, en esta edición del Etnógrafo quisimos ocuparnos de reflexionar sobre ellos. Regados por las regiones más recónditas de nuestro país, existen reinados de todo y para todo. El reinado de la panela, del acero, de la ganadería, de la cebolla o el del turismo, demuestran que nuestro apego al cuento de la cenicienta es incuestionable. De un lado, está la gente que mientras mitiga sus problemas y olvida sus dificultades sigue con fervor a sus candidatas. Del otro, están ellas, las reinas adiestradas para hablar, caminar, comer o pensar de acuerdo con un reglamento, y destinadas a convertirse en instrumento de promociones comerciales y de obras de caridad. Ellas desfilan sonrientes y triunfales mientras el imaginario colectivo las despoja de sus rasgos humanos, de sus imperfecciones y hasta de sus propios temores y dolores, para así proyectarse en ellas. Aproximarnos a los reinados de belleza nos permitió reflexionar acerca de la belleza, el género, la política, el poder, la participación popular, las regiones, entre otras categorías relevantes para la visión de la antropología. Por eso, El Etnógrafo se interesó en la complejidad de este fenómeno tan arraigado y determinante en la vida e  idiosincrasia de los colombianos. Ahora los invitamos a compartir los artículos que publicaremos en nuestra próxima edición.