Por: Felipe Guerra Baquero - Estudiante  y representante de la maestría en Ciencia Política.

Entiéndase por universidad un conjunto de personas que toman las decisiones en la Universidad sin dar muchas explicaciones. Al que se hace referencia en las conversaciones informales entre estudiantes, profesores o trabajadores, cuando los estudiantes hablan de la desigualdad de salarios de los monitores y asistentes graduados, o cuando los coordinadores hablan de los ahorros de energía en semana de inscripción de materias, y se preguntan por el proceso de toma de decisiones, se responden: “fue ‘La Universidad’”. Ni idea cómo, cuándo, dónde, porqué ni para qué. En este artículo hablo de esa desconexión entre ‘La Universidad’ y su entorno más inmediato en el proceso de toma de decisiones: la comunidad universitaria.

‘La Universidad’ se planteó crecer bastante y cumplir con los estándares de calidad internacionales. Reflejo de ello es la renovación y construcción de edificios, la cual incluye el edificio de la policía y de varios de la cuadra con el proyecto ‘Progresa Fenicia’, para mejorar el entorno universitario. Entonces, gran parte del dinero de todos nuestros padres, y de todos aquellos que se financian la universidad con sus propios medios, se destina a la planta física. Lo paradójico es que hoy tenemos clases con un promedio de personas muy alto en el pregrado. Una buena parte de las clases que vi en Ciencia Política fueron de 60-85 estudiantes, en derecho éramos 50-60, en los CBU hay de 100-120, así como en algunas de las clases de ciclo básico de Ciencias Sociales.

Entonces, pareciera que este plan de crecimiento masivo, el cual se ha financiado casi únicamente con nuestra matrícula, está en contravía con la realidad pedagógica que nosotros como estudiantes necesitamos. ¿De qué me sirve a mí una clase en donde el profesor no puede corregir y retroalimentar todos los exámenes y lo termina haciendo un monitor uno o dos semestres mayor que yo? ¿Dónde no puede solucionar las dudas de todos en clase porque con tantas sería imposible dictarla? Yo quiero que ‘La Universidad’ esté más pendiente de la realidad inmediata que soñando con una masificación educativa y más pendiente de la formación de los estudiantes, es decir, más pendiente de sacar lo mejor de cada uno.

Sin embargo, gracias a personas como Pepe Toro, Vicerrector Académico de la Universidad, parece que esta desconexión puede comenzar a ser cosa del pasado, pues se le está consultando a los profesores para la elaboración del estatuto profesoral y se quiere contar con los estudiantes para procesos de mejoramiento de la calidad académica. No es que yo crea que ‘La Universidad’ son un grupo de ‘encorbatados’ que se roban nuestro dinero. Yo sé que sus planes son para crear una Universidad mejor y que han trabajado duro para construir lo que ellos creen mejor para los Andes. En términos metafóricos, ¿por qué el rey no sabía que el río era frío pero los del pueblo sí? Porque los reyes no nadaban en ese río. Eso de que “nosotros no consultamos porque somos los expertos, y los estudiantes no saben porque tienen visión corta”, es casi decir que no nos han enseñado nada y que la educación que nos han impartido no nos da ni para opinar en los asuntos que nos afectan. Y se supone que estamos en una Universidad liberal donde se nos enseña a ser autónomos, a definir los criterios que orientan nuestra acción… “No, no, no papito, vaya y eso ejerza su autonomía en otro lado”.