Sátira

 

Aunque el voto es secreto, les confieso que votaré por el Puro Centro Democrático en las elecciones de 2014. Es la única alternativa viable que le queda a este país. Me parece que como movimiento de Centro se adapta a las necesidades de nuestra patria que por estos días anda tan polarizada; además no soy una persona que tiende a los extremos. Como su nombre lo dice es Puro, lo que quiere decir que no tiene vínculos con políticos tradicionales, como su líder. Y es Democrático, lo cual me parece una maravilla, eso hace falta. Pero la principal razón por la que votaré  ciegamente por el PCD es por su líder, ese prócer de la patria llamado Álvaro Uribe Vélez. Según Roy Barreras, el ex presidente Uribe es de la talla histórica de Bolívar, y estoy completamente de acuerdo. Pues es difícil encontrar una talla que se acomode al ex presidente, recuerden como le quedaba el traje en su visita a los Reyes de España.

Creo que el PCD es una alternativa que se distancia de los partidos tradicionales, no me gustaría seguir teniendo congresistas que no leen las reformas, ni dos partidos iguales: Cambio Radical se parece cada vez más al partido Liberal y dentro de poco sus representantes en el legislativo tampoco sabrán leer, lo que deja ver que el sistema educativo está de capa caída. Los miembros de la U pronto estarán renunciando a su curul para evitar ser investigados por la Corte y uno que otro se habrá auto-extraditado. Aunque eso sería una excepción, pues la mayoría de delitos que cometen no trascienden las fronteras nacionales (la ropa sucia se lava en casa); hay pocos arriesgados -o emprendedores- que extienden su red de apoyo electoral (y financiero) a Estados Unidos.

Y ni qué decir del partido Conservador. Sabiendo que un familiar de uno de sus dirigentes tenia a cargo la administración de un Motel (si, con M) de la DNE. Será que se les olvidó la importancia de la familia y el buen ejemplo que dejó el ex presidente Pastrana, en donde quedaba claro que la familia era muy importante al afirmar que tenía conversaciones con “Nohra, [Tirofijo], los niños y yo”  sobre la situación del país. Como si fuera poco, uno de sus congresistas estrella y ex presidente del Senado pedía limosna ante los medios de comunicación para echarle gasolina al carro; lo que me parece aún más increíble -y me ratifica que vivimos en una Banana Republic- es que fue considerado el mejor congresista del año (¿será que le dieron esa distinción por pedir las cosas de frente y no por debajo de la mesa?). Para mí es un partido en franca decadencia.

Como dije, no soy una persona de extremos, por lo que votar por un partido como el Polo o el movimiento Progresista me parece inconcebible. El movimiento Progresista es el vampiro de la izquierda, y no lo digo porque se esté apropiando del erario público (cosa que al parecer sí hacía el Polo), sino porque le chupó toda la sangre al Polo y lo dejo anémico, es decir, sin gente. Pero en general no simpatizo con la izquierda, pues algunos de sus exponentes lo único que tienen en la izquierda es el Rolex, aunque uno de ellos (pidió total confidencialidad) me confesó que ya ni siquiera el Rolex va a la izquierda porque la inseguridad en Bogotá esta tenaz y ellos -que son gente del común- no andan en carro blindado. Y si lo hacen prefieren que les maneje su esposa, como el burgomaestre bogotano, lo cual ilustra que no es machista, o que no sabe manejar ni un carro.

Y si nos ponemos hablar de los “partidos chiquitos” hay que sacar una baraja de cartas (o más bien un Tarot) para entender de dónde vienen, qué quieren y para dónde van; además con la reforma política en curso y con el cambio del umbral van a desaparecer, entonces mejor no gastarle tiempo ni espacio a eso. Mejor votar por el PCD.

Diego Benavides García